Simbología de los tatuajes de diamantes
Cuando se trata de estas piedras preciosas, su belleza y sus increíbles propiedades hacen que sea difícil que pasen desapercibidas para cualquier persona
Desde la antigüedad, los diamantes son valorados por su brillante belleza, dureza y rareza. El diamante se ha convertido en un compañero indispensable del lujo y de la propiedad de las personas ricas. Los diamantes han encantado a los joyeros por su noble brillo y su juego de luces.
Las extraordinarias propiedades de los diamantes lo han llevado a que la gente los represente en su cuerpo en forma de tatuaje. El tatuaje de diamante simboliza fuerza, carácter, extraordinaria fuerza de voluntad, una condición social alta, valor, y en ocasiones la inaccesibilidad.
La piedra es literalmente iridiscente en la luz del sol o la luz artificial. Los tatuajes de diamantes se ven muy bien en color, pero a menudo se simplifican y sólo usan el color negro.
El profundo simbolismo del diamante nos lleva de vuelta a la antigüedad. Se cree que la primera piedra fue encontrada en el siglo cuarto antes de Cristo, en la India. Incluso entonces, la gente se asombró con su brillo y su extraordinaria dureza. Las personas suelen querer hacer hincapié en estas cualidades al llevar el tatuaje de un diamante.
Desde tiempos inmemoriales hay quien cree que el propietario de un diamante será fuerte, incluso en la más terrible batalla que tenga que afrontar. Por esto, y aunque algunos creen erróneamente que los diamantes son un objeto femenino, los tatuajes de diamantes son a menudo elegidos por los hombres.
Los antiguos persas y turcos creían que si se miraba a la piedra fijamente por un tiempo prolongado, el diamante les haría deshacerse de la ira y la irritabilidad, de los pensamientos oscuros y de la desesperación. El juego de luces en el interior de un diamante es capaz de levantar el estado de ánimo y afectar positivamente en tus pensamientos.
En la India, el trono de Buda estaba formado por distintas clases de radiantes diamantes. Buda es venerado como un símbolo de la constancia y la fe, del infinito, como el centro del universo. En la antigüedad, hay quien pensaba que un diamante es capaz de curar muchas enfermedades, incluso con un simple toque en la piel del paciente.
Por otra parte, en la Edad Media hubo una opinión acerca de las altas propiedades protectoras de la piedra. Se consideraba que el diamante podía proteger a su portador de la intoxicación. Puede que esta fuera la razón por la que María I de Escocia (14 de diciembre de 1542 - 24 de julio de 1567) siempre llevara diamantes.
El valor del tatuaje de diamante se relaciona también con los increíbles poderes mágicos que se asocian con estas gemas preciosas. Según las creencias antiguas, estas piedras no sólo curan todo tipo de dolencias, sino que también protegen contra el mal de ojo, los infortunios y el mal intencionado.
Hay viejas leyendas que aseguran que por medio de un diamante es posible resistir al mismísimo diablo. Satanás no puede soportar la luz que emanan los diamantes, que es para el diablo como el resplandor de la mirada divina.
El simbolismo y la singularidad de estas gemas preciosas lo convierten en un adorno digno de tanto el cuerpo femenino como masculino. Además de relacionarse con la dureza, el valor y la voluntad indomable, el diamante también refleja la inocencia, la pureza, y la perfección de formas y líneas.
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